Una de las publicidades más antiguas que hemos visto en una ciudad, máxime de un coche, un automovil... nada más y nada menos que de seis cilindros. Wow!!. En esos tiempos no se estilaban los créditos bancarios, ni los leasing, ni los renting, ni nada terminado en ing. En estos tiempos lo coches se tenian al contado, quien podía... claro está. Que arte, que moda y señalando al pensador de Rodín. Le falta iluminación, que no luz, pues brilla por si solo.
